El embarazo es una etapa llena de cambios físicos y emocionales. Pero cuando el estrés se convierte en algo constante, puede afectar tanto a la madre como al bebé. La ansiedad y depresión durante el embarazo son más comunes de lo que se piensa. También pueden influir en el desarrollo del feto y en la salud de la madre.
Los altos niveles de estrés pueden provocar alteraciones en el sueño, cambios hormonales y dificultades en la conexión emocional con el bebé. Además, la ansiedad y depresión durante el embarazo están relacionadas con partos prematuros y bajo peso al nacer. También hay mayor riesgo de problemas emocionales en el recién nacido.
Identificar los síntomas a tiempo y buscar apoyo profesional es clave para proteger el bienestar de ambos. Terapias de relajación, ejercicio moderado y una red de apoyo pueden marcar la diferencia en la estabilidad emocional de la madre. Asimismo, influyen en el desarrollo del bebé.

En este artículo, exploraremos cómo reconocer los signos de alerta, las consecuencias en el bebé y estrategias efectivas para manejar el estrés. Cuidar la salud mental durante la gestación es fundamental para un embarazo más saludable y un bebé con un mejor comienzo en la vida.
Hoy, el fundador de la Pre-and Perinatal Psycology Association of North America, el psiquiatra Thomas R. Verny ha señalado que el estrés, la ansiedad y la depresión durante el embarazo afectan al bebé. Estas producen las hormonas cortisol y noradrelina, que pueden afectar directamente al desarrollo del bebé. Así lo ha explicado hoy el mismo psiquiatra en la IV edición de las Jornadas Profesionales Suavinex.
Esta hormonas influyen en el futuro recién nacido provocando un impacto adverso en la estructura de su cerebro, causando un daño en la habilidad futura del mismo para manejar el estrés y aumentando el desarrollo de numerosas enfermedades futuras.
Junto con esto, el especialista en psiquiatría asegura que enviar mensajes de positividad al feto durante el embarazo contribuye a “moldear una personalidad fuerte, sana y equilibrada“. Añadiendo que esta práctica debe prolongarse en el momento del nacimiento ya que el recién nacido es muy consciente de cómo nace.
El bebé nonato puede ver, oír, experimentar, degustar e incluso, de manera primitiva, aprender dentro del útero de la madre.
De esta manera, Verny nos muestra la importancia que tienen los padres en el momento de la concepción y durante el embarazo. Ambos deben mantener una actitud positiva que puede ser percibida por el bebé. Esto le ayudará a mantener una personalidad estable.

En conclusión, la ansiedad y depresión durante el embarazo afectan al bebé de múltiples maneras. Influyen en su desarrollo físico, emocional y neurológico. Identificar y tratar estos problemas a tiempo es clave para garantizar el bienestar tanto de la madre como del niño. Buscar apoyo profesional, adoptar hábitos saludables y rodearse de un entorno positivo son estrategias efectivas para reducir el impacto de la ansiedad y depresión durante el embarazo en el bebé. Priorizar la salud mental materna no solo mejora la calidad de vida de la madre. También favorece un inicio más saludable para el recién nacido.